Soy un voluntario apasionado y estaba entusiasmado de registrarme en Español 102C para poder aprender más acerca de mi impacto como voluntario en la comunidad a la que sirvo. Al llegar al primer día de clase, se espera un sermón que me diera la información que estaba buscando. En vez, nuestro profesor nos mandó a ser voluntarios en una organización local, como Oakland International High School (OIHS), para aprender para nuestros mismos. Confieso que este idea me sorprendió al principio, porque fue un cambio tal revolucionario del estilo tradicional de educación en el aula. Sin embargo, estoy igual de sorprendido por lo mucho que he aprendido sobre los aspectos del voluntariado y la sensibilidad cultural, después de descubrirlo por mí mismo a través de mis experiencias como voluntario en OIHS. Lo que aprendí ahora tiene un significado más familiar para mí, ya que puedo recordar cada lección que aprendí a través de la experiencia personal que tuve que me enseñó el concepto. En mi primer día en OIHS, llegué al programa después de la escuela con mucho miedo y dudas porque no sabía qué esperar, o si estaría lo suficientemente calificado como para poder ofrecer verdadera ayuda a los estudiantes. Un grupo de estudiantes se acercó a mí solicitando ayuda con sus tareas de matemáticas que implicaba encontrar el área de un trapecio. Esto me pareció fácil, porque estaba muy familiarizado con la geometría y sabía cómo resolver el problema con bastante facilidad. Sin embargo, comencé a explicar el concepto con demasiada confianza hasta que me di cuenta de que mi capacidad para compartir la información era limitada porque había asumido el estilo en el que a los estudiantes se les enseñaban los conceptos en su clase. Les di a los estudiantes qué fórmulas memorizar para resolver el problema, en lugar de cómo comprender conceptualmente la importancia del problema matemático (que es la forma en que sus maestros les enseñaron). Por lo tanto, los estudiantes se quedaron confundidos porque no había considerado su necesidad específica a fin de enfocar adecuadamente la forma de mi trabajo. Yo había confiado en mis propias suposiciones sobre el conocimiento de los estudiantes y la forma en que debería enseñarlos. Esta suposición problemática de sentirse conocedor y superior demuestra un gran problema de la mentalidad del volunturismo. Volunturismo, que se refiere a aquellos que buscan ser voluntarios por el bien de tener buenas experiencias personales de su trabajo voluntario en diferentes comunidades, es un problema que a menudo lleva a que las necesidades reales de la comunidad no se aborden. Según un artículo escrito por la educadora Andrea Freidus, “la mayoría de los estudiantes aportan pocas habilidades relevantes a sus sitios de voluntariado. Tampoco están obligados a comprometerse con la participación a largo plazo." Aunque comencé como voluntario en OIHS con la intención de ser un voluntario útil para servir a la escuela, no me di cuenta de que en realidad todavía estaba entrando con una mentalidad volunturista porque no me tomé el trabajo de considerar cuidadosamente cómo aprendían los alumnos y cómo podía ofrecer mis propias habilidades para ayudarlos a aprender. Parte de la razón de mi forma de pensar fue que inicialmente no esperaba ser un voluntario comprometido a largo plazo en la organización. En cambio, había asumido que sólo visitaría la escuela unas cuantas veces, cada vez con un nuevo estudiante, por lo que sería imposible considerar la mejor manera de enseñar a cada estudiante porque me encontraría en un entorno diferente cada vez que voluntario. Después de mi primer día de voluntariado, me sentí insatisfecho porque los estudiantes no parecían haber entendido completamente el material que estaba tratando de enseñar. Estaba decidido a reflexionar sobre esta experiencia y cambiar mi método para mi próximo viaje a OIHS, para no ser un tutor ineficaz en las próximas veces como voluntario. Durante las próximas semanas, tuve la oportunidad de seguir a un maestro en una clase de matemáticas con honores en OIHS, y observar a otros tutores en el programa después de la escuela. Traté de prestar mucha atención durante estos momentos y observar cómo funciona el aula y el entorno de tutoría, para poder adaptarme a su dinámica. Mi nuevo enfoque demostró ser muy eficaz para ayudarme a aprender más sobre el entorno en el que trabajaba como voluntario, y me educó para que yo pudiera resistir mis hábitos de volunturismo. Durante mis recientes viajes a OIHS, me he vuelto mucho más consciente de los diversos estilos de enseñanza utilizados en OIHS, y cómo puedo considerarlos para cambiar mi enfoque como un tutor flexible si mi estudiante no responde bien a mi estilo actual de enseñando. Al comprender que mis conocimientos y habilidades como voluntario no siempre son (y no siempre deben ser) perfectos, puedo reconocer mis propios defectos y centrarme en desarrollar mis propias habilidades para poder aprender a ofrecer un servicio eficaz a los demás. Un ejemplo de la situación que mencioné arriba ocurrió recientemente cuando un estudiante me pidió ayuda con su tarea de Cálculo. La tarea era complicada, y me llevó un minuto entender cómo resolverlo yo solo. Cuando intenté explicarle el material al alumno, me di cuenta de que mi explicación podría parecer demasiado complicada e ineficaz para esa situación. Consciente de esta preocupación, contacté a otro tutor para que me ayudara a enseñar la lección de matemáticas. Con esta ayuda, el alumno pudo aprender en un contexto diferente, lo que le ayudó a entender las ideas. Más aún, nuestras formas combinadas de enseñanza proporcionaron diferentes enfoques para el mismo concepto, y el otro tutor y yo pudimos colaborar cuando nos quedamos estancados, con el fin de enseñar las lecciones de la tarea de una manera mucho más efectiva. Sobre todo, trato de ser siempre consciente de la forma en que sus maestros están enseñando el material a los estudiantes, porque ahora a menudo es importante valorar su método de instrucción más del mío. Aprendí que puedo lograr el impacto más eficaz cuando considero el contexto de mi entorno y me ajusto a mí mismo para desarrollar las habilidades específicas que la comunidad me pide como voluntario. Como resultado, puedo enseñar de una manera que se alinee mejor con la misión de enseñanza de OIHS para "formar y desarrollar educadores en contextos múltiples que estén ansiosos de apoyar el éxito de los estudiantes.” Creo que he crecido muchísimo como voluntario, a través de mi trabajo comprometido con OIHS y la autorreflexión constante sobre el impacto que logré a través de mi enfoque de voluntariado. Valoro el aprendizaje experiencial que se enfatizó en mi curso de español, porque me permitió abordar mis malas prácticas subconscientes como voluntario, de una manera que no sería posible con sólo sentarme en un sermón. El proceso de aprender por mis propias experiencias como voluntario en OIHS me ha enseñado formas prácticas de redefinir mis hábitos y comportamiento para estar al tanto de la cultura de mi entorno y servir a mi comunidad de la manera más efectiva. Esta es una habilidad muy importante, porque en el mundo moderno, siempre trabajamos con personas de diferentes orígenes, y descubrimos que nuestro método familiar de comunicación puede no ser muy efectivo para trabajar con otras personas que tienen perspectivas muy diferentes. Por lo tanto, el aprendizaje experiencial es la mejor manera de enseñarnos a ser más conscientes del mundo en el que vivimos, y ajustar nuestras propias formas para lograr el mejor impacto que podamos. El aprendizaje experiencial no tiene el objetivo de enseñarnos directamente lo que queremos saber. En cambio, nos permite aprender al exponernos a las realidades del mundo. Al hacerlo, nos ayuda a ver las necesidades de la comunidad y nos proporciona una motivación más urgente para desarrollar nuestras habilidades de la manera más útil que nos permite servir al público. Según un artículo escrito por Andrew Seligsohn sobre la misión de la educación, el proceso del aprendizaje experiencial en las escuelas nos enseña a convertirnos en recursos más valiosos para nuestra comunidad. Ante esto, tiene sentido que mi clase de español sobre voluntariado local nos pueda enseñar mejor al animarnos a experimentar la realidad de nuestra propia comunidad para que podamos aprender a desarrollar nuestras propias habilidades y conocimientos para poder ofrecerle el mejor servicio.
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El AutorRyan Kamkar es un estudiante de Salud Pública en la Universidad de California, Berkeley. Ha empezado varias proyectos del servicio para su comunidad local. Además le interesa ser voluntario por la comunidad global, específicamente en Perú. Archives
April 2018
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